lunes, 27 de diciembre de 2010

Luz de mi vida, fuego de mis entrañas, mi pecado, mi alma, Lolita.
¡No!... No me toques... si lo haces, me moriré.
Me vuelve loco la doble personalidad de esta pequeña ninfa. Tal vez de todas las ninfas. Esa mezcla de una soñadora ternura infantil y cierta temerosa vulgaridad. Ya sé que es una locura escribir este diario, pero el hacerlo me proporciona una extraña emoción, y solo una amante o esposa, podría descifrar mi microscópica escritura.
Pero en el fondo de mi alma,necesitaba seguir viajando,seguir conduciendo. Y a pesar de nuestras trifulcas, a pesar de sus protestas y caras largas y del peligro y la incertidumbre de todo aquello, a pesar de todo aquello, me sentia en el paraiso.Un paraiso cuyos cielos eran de color de las llamas del infierno,pero.....un paraíso al fin y al cabo

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